El Parque Eólico Tulipanes permitirá generar energía eléctrica limpia para ser inyectada al Sistema Eléctrico Nacional y así contribuir a la diversificación de la matriz energética de Chile.
En ARAUCO ya contamos con una trayectoria en el desarrollo de energías provenientes de biomasa forestal.
Ahora, nuestro espíritu renovable nos desafía a transformar la energía del viento en un recurso que aporta a la diversificación y soberanía de la matriz energética de Chile.
TULIPANES es un paso más en la generación de energía renovable y limpia.
CÓMO FUNCIONA
La línea de transmisión será de 28 kilómetros e irá entre la S/E Tulipanes Sur a la S/E Tulipanes Norte y entre la S/E Tulipanes Norte y la S/E Las Canteras para luego conectarse al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Período de construcción de 19 meses.
PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Previo a la presentación del proyecto al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.
Buscamos involucrar directamente a la comunidad en el desarrollo del proyecto, con un acercamiento temprano y entregando información transparente.
Implementando instancias colaborativas, generamos espacios para que la comunidad conozca y manifieste sus inquietudes sobre el proyecto.
Continuamos recogiendo oportunidades, opiniones y sugerencias para complementar el Estudio de Impacto Ambiental (EIA).
TE INVITAMOS
A SER PARTE
Conociendo más sobre este proyecto y si tienes dudas escríbenos:
El proyecto es desarrollado por Arauco, empresa con sede en Chile, que ha asumido la titularidad del proyecto tras su anterior gestión por parte de RWE, que ha tomado la decisión de no continuar los proyectos eólicos que estaba desarrollando en Chile.
Arauco cuenta con experiencia en el sector forestal y energético, incluyendo la operación y gestión de proyectos de energías renovables basados en biomasa y el desarrollo de diversos proyectos eólicos, lo que le permite aplicar buenas prácticas en diseño, construcción y operación de parques eólicos.
La empresa tiene otros proyectos en distintas etapas de desarrollo y operación en Chile, cuya ubicación y estado se podrán consultar públicamente a través del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental SEIA o en los informes corporativos de Arauco.
En caso de producirse un cambio de titularidad del proyecto, este debe ser formalmente solicitado ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). Dicho cambio no implica modificar la Resolución de Calificación Ambiental (RCA), pero transfiere íntegramente al nuevo titular la responsabilidad de cumplir con todas las obligaciones y compromisos ambientales establecidos en ella.
La participación ciudadana es fundamental, porque permite que las personas se informen y emitan opiniones sobre el proyecto. Durante las actividades de Participación Ciudadana Temprana (PCT), las preguntas, observaciones e inquietudes recogidas serán reportadas a la autoridad ambiental como “Proceso de Participación Temprana” en las acciones previas (y como un complemento de las acciones mínimas que establece la normativa). Posteriormente, cuando el proyecto ingresa al SEIA se somete a evaluación por el organismo y se realiza una instancia formal de Participación Ciudadana, las preguntas quedan en el capítulo de participación ciudadana del proyecto y deben ser respondidas por el titular del proyecto en la Adenda.
Sí, se realizaron entrevistas en las comunidades cercanas al proyecto, en el marco de la elaboración de la línea base del medio humano (LBMH). Estas entrevistas fueron anónimas y permitieron recopilar información sobre las características sociales, culturales y económicas del territorio, así como recoger percepciones y preocupaciones de los vecinos. Los resultados de este levantamiento forman parte del desarrollo del Estudio de Impacto Ambiental.
Toda persona puede presentar observaciones durante el proceso de Participación Ciudadana (PAC) que decretará el Sistema de Evaluación de Impacto ambiental (SEIA) Estas observaciones quedan registradas en el expediente oficial del proyecto, aquellas que se encuentran fundamentadas, son incluidas por el servicio en un Informe Consolidado de Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones o Ampliaciones (ICSARA), y deben ser respondidas formalmente por el titular del proyecto en una Adenda.
Toda esta información queda de forma pública en el expediente del proyecto, en la web del SEA, por lo que se facilita su acceso y seguimiento.
Para el proyecto Tulipanes, los aerogeneradores se instalarán completamente dentro de predios forestales, pertenecientes a Compañía Arauco. la elección del ugar y la ubicación exacta se define siguiendo criterios técnicos, ambientales y sociales:
1. Disponibilidad de viento adecuado: Se seleccionaron áreas con suficiente velocidad y constancia del viento para asegurar la eficiencia energética del parque eólico. Esto permite que los aerogeneradores operen de manera óptima durante el año.
2. Disponibilidad de terreno forestal, alejado de áreas pobladas:
El emplazamiento dentro de predios forestales permite distribuir los aerogeneradores de manera segura, garantizando un diseño eficiente y respetando la seguridad de las personas y propiedades cercanas. Esto también ayuda a reducir molestias por ruido y sombras proyectadas por las palas.
3. Minimización de impactos socioambientales: La ubicación considera la distancia a viviendas, caminos y áreas sensibles (ecosistemas, fuentes de agua, zonas de actividades productivas), buscando compatibilizar la operación del parque con la vida de la comunidad local.
La Norma chilena no indica buffer de distancia mínima a los aerogeneradores, por lo que se sigue la norma alemana que es de 500 mts.
El estándar para la definición de la ubicación de los aerogeneradores contempla estándares sobre ruido y efecto sombra, así como áreas de protección de bosque nativo
El proyecto contempla hasta 57 aerogeneradores distribuidos en sectores norte y sur, considerando las distancias mínimas respecto de viviendas y plantaciones
forestales. Las características del proyecto pueden ajustarse para minimizar afectaciones a la comunidad y al entorno. La información presentada es preliminar conforme avance el estudio, no obstante, la cantidad de aerogeneradores en este periodo solo podría disminuir y no aumentar respecto del número informado.
Se instalarán dos principales áreas de faena (sector norte y sur) con planta de hormigón para abastecer la construcción de fundaciones de cada torre. También habrá instalación de faena cerca de la subestación. La construcción durará 19 meses, contemplando alrededor de 564 trabajadores.
Además de los aerogeneradores, el Proyecto Eólico Tulipanes contempla una serie de instalaciones de poyo necesarias para su construcción y operación. Estas incluyen plataformas de montaje, caminos internos, patios de acopio, una planta de hormigón en obra, una subestación eléctrica y un edificio de operación y mantenimiento. Asimismo, se consideran torres meteorológicas y de comunicaciones, un sistema colector para transportar la energía hacia la subestación, una línea de transmisión eléctrica para evacuar la energía al sistema nacional, y un sistema de baterías de almacenamiento que permitirá mejorar la estabilidad y confiabilidad de la operación.
Los aerogeneradores cuentan con fundaciones diseñadas para resistir terremotos y eventos extremos. Las aspas giran siguiendo la dirección del viento y, en condiciones de
viento muy fuerte, se sitúan contra el viento para reducir la velocidad de giro y proteger la estructura. Se aplican mantenciones preventivas y correctivas periódicas, durante los 35 años de operación.
La línea de transmisión conecta los aerogeneradores con la subestación seccionadora de Canteras, que será construida como parte del proyecto. Desde los aerogeneradores hasta la subestación seccionadora, la conexión será subterránea, mientras que, desde la subestación elevadora, ubicada a un costado de la ruta Q 45, la línea deja de ser subterránea y cuenta con torres de transmisión.
Sí, el proyecto incorpora un sistema de baterías de almacenamiento de energía como parte de su infraestructura. Estas baterías no estarán en contacto directo con el suelo y contarán con infraestructura especializada que garantiza seguridad operativa. Además, se exige contar con un plan de contingencias y emergencias dentro del EIA, que contempla medidas frente a riesgos de explosiones, incendios o contaminación de aguas.
Aunque todo sistema de almacenamiento energético implica un nivel inherente de riesgo, el proyecto aplica resguardos técnicos, protocolos de manejo seguro y coordinación con autoridades para minimizar cualquier impacto sobre la comunidad y el entorno.
Se contempla el uso de caminos ya existentes y públicos, en caso de ser necesario, se ejecutarán medidas de mejoramiento y mantención de las vías utilizadas, cuando exista deterioro a causa de las actividades. De esta manera, se busca asegurar que el uso de caminos públicos sea compatible con el desarrollo de la vida cotidiana de las comunidades locales. Al ser caminos públicos, existen autorizaciones y coordinaciones previas con autoridades pertinentes.
En términos de resguardo, se consideran medidas como:
* Planificar rutas de acceso específicas y horarios de tránsito que reduzcan la fectación a la comunidad, coordinando los flujos vehiculares para disminuir molestias y priorizar la seguridad vial.
* Realizar mantenciones o mejoras en los caminos utilizados en caso de daños ocasionados por el tránsito de maquinaria y camiones.
Una vez que el proyecto cuente con su Resolución de
Calificación Ambiental (RCA) y pase a la fase de permisos sectoriales, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) revisa y autoriza el uso de caminos públicos, estableciendo exigencias y condiciones. En esa etapa, se definen de manera específica los compromisos asociados al tránsito de carga y la reparación de eventuales deterioros.
Adicionalmente, el proyecto implementará planes de
mitigación para minimizar el impacto sobre las rutas y, de registrarse afectaciones, asumir los trabajos necesarios para su reposición.
La energía producida por el proyecto será inyectada al Sistema Eléctrico Nacional y no es para la empresa, así como tampoco puede ser entregada desde el proyecto a los sectores cercanos.
Esto se debe a que el negocio de la generación, transmisión y distribución de energía se encuentra regulado y la normativa no permite que una empresa que genera energía además sea transmisora o distribuidora a los hogares. Por ello, no existe un beneficio tarifario directo para las comunidades cercanas.
Los beneficios preliminares apuntan a la oferta laboral local y en área de servicios como alojamiento, alimentación y transporte en la fase de construcción del proyecto. Se estima que durante la construcción se requerirán trabajos en áreas de operación y antenimiento de equipos, transporte de materiales, construcción de caminos, fundaciones y obras civiles, servicios de alimentación y alojamiento, entre otros. Para la fase de operación, se prevé empleo en mantenimiento de aerogeneradores, operación de la subestación eléctrica y gestión de sistemas de almacenamiento de energía. Siempre que sea posible, se dará prioridad a habitantes de la zona y a proveedores locales.
La empresa está comprometida con el desarrollo de un buen proyecto, los intereses y necesidades, el uso del territorio y las observaciones levantadas en el relacionamiento temprano permiten conocer mejor a la comunidad y avanzar en conversaciones para aportar en el futuro, si el proyecto se aprueba.
Los cimientos de los aerogeneradores tienen una profundidad de entre 3 y 3,5 metros, mientras que las napas en el área se encuentran a más de 5 metros de profundidad, por lo que no serán intervenidas. En caso de que durante las excavaciones se encuentre agua subterránea, esta será extraída temporalmente para permitir la construcción y luego reinyectada en el mismo terreno, manteniendo así el flujo natural y evitando desvíos o pérdida de recurso.
Para los cruces de canales o esteros se utilizarán sistemas de conducción seguros (puentes, sacas de cemento u otras soluciones técnicas), de manera de no intervenir ni alterar los cauces. En caso de ser necesario un reencauzamiento, este deberá contar con la autorización expresa de la autoridad competente, mediante los permisos ambientales sectoriales correspondientes.
El diseño de los aerogeneradores considera fundaciones superficiales, montadas sobre plataformas, por lo que el peso de las torres no altera el flujo de las napas subterráneas. Los balnearios y ríos cercanos, como el Río Coreo y el Río Pardo, no serán intervenidos.
En caso de que el proyecto requiera cortar bosque nativo o pueda afectar a la fauna, la empresa está obligada a gestionar los Permisos Ambientales Sectoriales (PAS) correspondientes, establecidos en el Reglamento del SEIA. Por ejemplo, el PAS 148 y el PAS 149 son exigibles para intervenir o cortar bosque nativo, mientras que el PAS 146 aplica cuando existe afectación a fauna silvestre.
Estos permisos son evaluados y autorizados unicamente por los organismos sectoriales competentes, como la Corporación Nacional Forestal (CONAF) o el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), según corresponda. Sin su aprobación, el proyecto no puede ejecutar dichas acciones.
Los estudios indican que las abejas suelen volar a menor altura que las aspas de los aerogeneradores, por lo que no se esperan colisiones. Además, los análisis preliminares muestran que la vegetación del área del proyecto presenta baja concentración de recursos florales, lo que reduce la probabilidad de interacción significativa; sin embargo, los apicultores han señalado la presencia de colmenas en sectores cercanos, lo que está siendo considerado en la evaluación.
Los residuos generados corresponden principalmente a materiales de habilitación de faenas, como tierra, hormigón, madera y hierro. Son residuos catalogados como no peligrosos, salvo casos excepcionales (por ejemplo, una lata de spray utilizada para delimitar bras). Los botaderos estarán dentro de los predios del proyecto y se destinarán principalmente a depósito temporal de tierra y material superficial.
La disposición final de los residuos será gestionada según normativa vigente, y las aspas al final de su vida útil serán manejadas por empresas especializadas, asegurando su correcta gestión ambiental.
La normativa obliga a establecer un plan de cierre y retiro de componentes antes de finalizar la operación. Empresas especializadas se encargan de la disposición final de aspas y otros elementos del proyecto, garantizando un manejo seguro y ambientalmente responsable. En esta etapa, aun no se cuenta con el detalle se ese servicio.
Se contemplan modelaciones visuales y simulaciones para evaluar la visibilidad de las instalaciones desde distintos puntos del entorno. Esto permitirá identificar áreas desde donde el proyecto podría ser percibido visualmente. Solo se implementarán medidas de mitigación visual en caso de que los estudios identifiquen un impacto significativo sobre el paisaje, asegurando que cualquier intervención cumpla con los estándares ambientales y paisajísticos establecidos.
Todos los estudios están en desarrollo y serán presentados en el EIA al ingreso del proyecto al SEA para su revisión por la autoridad ambiental y la comunidad.
Los estudios de ruido contemplan la instalación de receptores de ruido continuo en distintos puntos y se consideran variables como el uso del suelo, meteorología, rugosidad del terreno y altura de los aerogeneradores, así como también el día y la noche, entre otros.
En Chile, la normativa establece que el ruido no puede superar en más de +10 dB la línea de base en viviendas.
Los aerogeneradores no generan campos electromagnéticos; solo las líneas de transmisión asociadas al proyecto podrían producirlos. La evaluación incluirá el análisis de campos electromagnéticos y vibraciones para asegurar que no existan riesgos para personas con marcapasos u otros dispositivos médicos, conforme a la normativa y estándares de seguridad.
Todos los proyectos eólicos cuentan con una modelación de sombras para evaluar el impacto sobre las viviendas cercanas.
La normativa y estándares aplicables establecen un máximo de 8 horas al año, de sombra por receptor. En los casos en que esta duración se supere, se implementa un plan de gestión, que incluye detenciones temporales de los aerogeneradores en horarios críticos, de manera de minimizar molestias para los vecinos, respetando los umbrales definidos por la evaluación ambiental.
Cada aerogenerador contará con un perímetro libre de vegetación, malezas o construcciones, de aproximadamente entre 100 a 120 metros de diámetro, funcionando como cortafuegos y espacio para maniobras de mantención. Los caminos internos del parque también servirán como cortafuegos y permiten la circulación de recursos en caso de emergencia. En caso de incendios, se coordinará con autoridades locales y, de ser necesario, se utilizarán recursos aéreos para la extinción. Estas medidas buscan reducir al mínimo los riesgos para las torres y la comunidad vecina.
El diseño de los aerogeneradores minimiza la robabilidad de caída de torres y daños a la comunidad. Aunque cualquier sistema implica un nivel de riesgo, se aplican resguardos y planes de seguridad para prevenir impactos significativos sobre la salud y el entorno.
Todos los proyectos eólicos cuentan con una modelación de sombras para evaluar el impacto sobre las viviendas cercanas.
La normativa y estándares aplicables establecen un máximo de 8 horas al año, de sombra por receptor. En los casos en que esta duración se supere, se implementa un plan de gestión, que incluye detenciones temporales de los aerogeneradores en horarios críticos, de manera de minimizar molestias para los vecinos, respetando los umbrales definidos por la evaluación ambiental.
La instalación y operación de los aerogeneradores no afecta la señal de telefonía ni de internet. Estos equipos no generan campos electromagnéticos que interfieran en las telecomunicaciones; su funcionamiento se limita al movimiento de las aspas con el viento, lo que únicamente produce el sonido característico de corte del aire.